Por: Georgina Correa Puentes
Finalmente nos formalizamos como personas morales sin fines de lucro, nuestro objeto servirá para promover actividades para el bien común de la sociedad y, recalco, sin tener necesariamente como finalidad el lucro económico.
Lo difícil fue ponernos de acuerdo en lo que queríamos hacer y como lo íbamos a desarrollar. Comenzamos con gran entusiasmo y solventando los gastos primarios con nuestros propios recursos.
En ocasiones recibimos alguna donación, sobre todo en especie o en talento, siempre bienvenida.
Si nuestro bolsillo ha soportado este inicio y la voluntad continua, entonces abordaremos retos diferentes, de mayor escala.
Ya pensamos en realizar algún evento, intervenir en alguna comunidad o expandirnos. Es en este momento cuando recordamos que somos un organismo SIN FINES DE LUCRO.
Entonces, ¿no debemos cobrar en el evento?, ¿todo lo debemos hacer gratis?, ¿no podemos tocar el dinero?, ¿cómo subsistiremos?.
Aunque acostumbramos operar nuestros organismos con recursos propios, debes saber que existen cuatro fuentes de ingresos a las que puede acceder tu asociación civil, contempladas por la ley y que te ayudarán a crecer, expandirte y no morir en el intento.
La primera son las ventas. Así es, las ventas. Desde souvenirs hasta capacitaciones o asesorías, siempre que lo recaudado se aplique a desarrollar las actividades propias del objeto social y que no tengan relación con actos proselitistas o religiosos y, no se distribuyan ganancias entre los asociados, salvo por alguna prestación de servicios prestados.
Para acceder a la segunda forma, tu Asociación Civil debe estar autorizada por el SAT como donataria autorizada; ese trámite lo realizas a través de su portal de internet; de esta manera, puedes acercarte a empresas para que deduzcan una parte de sus impuestos a través de tu asociación, a cambio de publicidad o capacitación.
Para que el SAT te otorgue ese permiso, debes tener bien estructurada tu acta constitutiva, enunciar claramente las acciones que desarrollas, mencionar que desempeñas una o mas de las actividades establecidas en la Ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por Organizaciones de la Sociedad Civil (LFFAROSC), como por ejemplo asistencia social, equidad de género, cooperación para el desarrollo comunitario, promoción y fomento educativo, cultural, artístico, científico y tecnológico. No necesitas ponerlas todas, solo mencionar las que aplique, sin embargo, tu actividad no encuadra en ninguna de ellas, no podrás ser donataria. Como consejo adicional, a partir del 2015, los organismos de la sociedad civil, deben estar alineada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Ya entenderás lo conveniente de hacerlo.
La tercera forma es a través de la obtención de la CLUNI (Clave Única de Inscripción al Registro Federal de las Organizaciones de la Sociedad Civil), y que es un instrumento para acceder a los apoyos y estímulos del Gobierno Federal y facilitar el cumplimiento de sus actividades.
Es muy importante que puedas acreditar que tu organización ya se encuentra trabajando de forma constante.
Finalmente, la cuarta forma son los conocidos como subvenciones o donativos no reembolsables, a través de fundaciones u organismos nacionales e internacionales con los que pueden acceder a millones de pesos y no requieres, en la mayoría de los casos, ser donataria autorizada o tener la CLUNI.
Como éste es un gran tema, lo abordaré en la siguiente oportunidad.